Después de diez horas de intensa confrontación entre la población y la fuerza pública, la administración municipal claudicó en su interés de cobrar el costo del alumbrado público. Con la unidad, la organización y la lucha popular, rechazamos el nuevo pago, la mala calidad y las altas tasas del servicio y la privatización del agua y la energía.
Facatativá, es un municipio ubicado a 40 kilómetros de Bogotá D.C., capital de Colombia, ocupado por cerca de 140.000 habitantes que en su mayoría trabajan en el sector agroindustrial de las flores y los servicios. Pueblo empobrecido por el desempleo, el subempleo, la precarización de la mano de obra, las altas tarifas de los servicios públicos y demás medidas impopulares del gobierno. 40 años atrás era una región productora de alimentos (papa, cebada, trigo, maíz, legumbres, verduras y frutas), de rica biodiversidad con agua abundante y de buena calidad, donde nuestros campesinos gozaban de buena salud y bienestar.
Cursaban las 4 de la madrugada del 26 de junio del 2008 y en todas las entradas del municipio una participación masiva de hombres, mujeres, niños, ancianos de la comunidad procedieron a declarar la hora cero del Paro Cívico, como último recurso para evitar que el alcalde asaltara los precarios ingresos de los habitantes de esta población de la sabana occidente de Bogotá.
Un proceso superior a tres meses donde se realizaron asambleas barriales, reuniones con la administración, la recolección de aproximadamente 15.000 firmas exigiendo el no cobro del nuevo impuesto, movilizaciones, concentraciones, reclamaciones y una audiencia pública realizada el 24 de junio en la noche, fue insuficiente para que el alcalde derogara la decisión.
Desde el momento en que se hizo efectivo el PARO, el ejército, la policía nacional, agentes encubiertos y el escuadrón antidisturbios –ESMAD-, responsable del asesinato de indígenas, estudiantes y campesinos en varias movilizaciones realizadas en otras regiones del país, se hizo presente en las calles de la ciudad para cumplir con la labor: aterrorizar, maltratar, reprimir y torturar a los participantes en la reclamación. 26 detenidos, 38 heridos (dos con tiros de fusil), inmuebles destruidos fue el saldo de la presencia de la fuerza represora en las calles del municipio.
En un primer momento el ESMAD corrió los puntos del bloqueo vial y a partir de ahí en cada calle y rincón agredieron a la población con gases lacrimógenos, tanquetas, rastrillos y garrotes. La digna y hermosa respuesta de la población fue confrontar a través de la lucha popular a la represión que desde el Batallón de Comunicaciones dirigió el "alcalde popular". La historia de Colombia nos ha mostrado como los responsables del terrorismo de estado siempre han gobernado desde las guarniciones militares para aniquilar las organizaciones sociales, sojuzgar los pueblos y entregar nuestra soberanía y dignidad. Esta ha sido la política del gobierno de Álvaro Uribe Vélez en todo el territorio nacional; las zonas de rehabilitación y consolidación son una realidad, donde los departamentos y los municipios son gobernados por y desde los batallones del ejército, desde donde se defienden, no los derechos de la población sino los intereses de la oligarquía y las transnacionales. No hay un solo conflicto, paro, huelga, reclamación, movilización que no haya sido duramente reprimido por la bota militar.
El cobro del alumbrado público fue el detonante que hizo explotar la inconformidad popular por los atropellos que las empresas privadas (transnacionales y nacionales) vienen cometiendo contra la población con la anuencia del estado colombiano. Un pueblo enardecido por largas filas reclamando por las altas tarifas y la calidad del servicio de Telefónica, altos costos por la recolección de las basuras (Servigenerales), el camino a la privatización del acueducto municipal (Plan nacional de manejo de aguas que conducen a la entrega de todos los acueductos municipales y veredales a las transnacionales) y otros servicios públicos, se organizó, se lanzó a la calle, confrontó y triunfo.
Transcurridas 11 horas de intensas confrontaciones, el comité cívico y la administración municipal (estado) llegaron a un acuerdo que permitió suspender el levantamiento popular. El bloqueo de las principales vías de la ciudad, la confrontación a la represión de la fuerza pública, la movilización popular frente a la política privatizadora y precarizadora de la administración municipal, el fortalecimiento de la organización, la unidad, la solidaridad y la lucha de las masas, constituyen los elementos más importantes del paro cívico popular.
La derogatoria del acuerdo No 12 que determinaba el cobro del alumbrado público, la instalación de una mesa de concertación para avanzar en la solución a los altos cobros de los servicios de telefonía y la recolección de las basuras y el futuro del acueducto municipal, fue el resultado de la acción legitima y soberana del glorioso pueblo de Facatativá. La mesa estará conformada por el Gobernador de Cundinamarca, el Alcalde municipal, los gerentes de las empresas y el comité cívico de la ciudad. Otros puntos muy importantes del acuerdo fueron la no judicialización y la libertad inmediata de los detenidos y la no represión contra los participantes.
Tres momentos muy importante en las luchas del pueblo facatativeño (paro cívico 1996, 1999, 2008) nos marcan el camino, brindan un ejemplo y contribuyen desde este municipio de 120 habitantes, a la defensa de los derechos del pueblo y contra la política privatizadora y precarizadora del gobierno de la seguridad democrática y el estado comunitario (terror y privatizaciones a favor de las transnacionales).
Un gran aporte para la obtención de estas reivindicaciones, fue la solidaridad nacional e internacional. Desde muchos rincones de Colombia y numerosas ciudades de otras partes del mundo, recibimos la solidaridad, el apoyo y el aliento para continuar avanzando contra la guerra de las transnacionales en su duro trote por continuar privatizando los servicios públicos (agua, energía, comunicaciones, etc.). Un abrazo inmenso y caluroso para las organizaciones que luchan junto al pueblo de Colombia en esta dura brega por la vida y el bienestar de nuestras gentes.
A nuestros hombres y mujeres un llamado urgente y necesario a mantenernos con los ojos abiertos y los oídos atentos a nuevas ofensivas del gobierno y a continuar fortaleciendo la lucha contra las transnacionales y la privatización de nuestros recursos naturales. Al comité cívico un caluroso saludo y nuestro grito unitario de lucha y dignidad. Al pueblo de Facatativá un apluso inmenso y nuestro agradecimiento por mostrarnos caminos de unidad, de lucha y de victoria.
Desde el Occidente de la Sabana de Bogotá, Movimiento Popular Regional.
Equipo de ComunicacionesRed de Organizaciones Comunitarias de Medellín (ROC)¡Otra ciudad es posible, sin miseria ni exclusión!
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